SANTA MARIA DEL MEXICANO
Un osáis edénico
“Es también Santa María
Rinconcito encantador
Que el que lo conoce un día
Lo recuerda con amor.”
(Verso de Don Marciano de León Granados)
En el Municipio de Colón, Querétaro, hay un lugar admirable llamado Santa María del Mexicano, distante diez kilómetros al noreste de la cabecera Municipal. Sus grandes y hermosos edificios de piedra fueron construidos el último tercio del siglo XIX, con la dirección del Ing. Presbítero Don Zacarías Gómez, durante la administración y rectoría del señor Presbítero Don Florencio Rosas y Arce.
El territorio llamado “Potrero del Mexicano” fue cedido por Don Amado de la Mota y por su hijo Juan de Dios, para que en este construyesen la casa de retiros y de vacaciones del Seminario Diocesano y de otros colegios dirigidos por el mismo Padre Florencio. En vacaciones realizaban culto solemne, leían autores clásicos y renombrados, escribían crónicas, poesías y temas religiosos; hacían teatro, música y canto; paseaban, acampaban y jugaban en campo abierto y en un gran salón. Las vacaciones eran complemento formativo de aquellos alumnos.
Los edificios de Santa María son: La casona con seis amplísimos salones estancias de los alumnos, más otras piezas habitaciones, oficinas y servicios; una capilla, una grandísima cripta base para un futuro templo; una gran alberca de agua fría a cielo abierto y dos pequeñas de agua caliente y bajo techo.
Las otras construcciones son: dos puentes y tres muros cortinas para represar agua, con contrafuertes y sus canales acueductos distribuidores del agua para irrigar las huertas. Admirable también la ruina de un molino de trigo con sus ciclópeas ruedas de piedras dentadas y la inmutable era donde trillaban cereales y legumbres.
A partir de diciembre de 1975, Santa María del Mexicano está en manos del presbítero Antonio Norman quien se encargó del proyecto que dejaron los monjes benedictinos de la abadía de Santa María de Guadalupe de Pecos Nuevo México; de ellos estuvieron: el Hermano Gerardo Stok y el Padre Alcuino Almasy, quien enfermo y tuvo que regresar al monasterio Abacial, el Hermano Gerardo, murió en cama en la casa de Sta. María por infección de su aparato respiratorio causada por el gas de su lámpara; fue sepultado en Santa María de Guido, Morelia, y trasladados sus restos a la sacristía del monasterio de San Benito abad en dicha localidad.
El padre Antonio Norman, oblato benedictino, ha realizado los tres objetivos originales del proyecto: formación cristiana de niños y jóvenes para el sacerdocio. En estos recientes veintinueve años han convivido en Santa María más de 4000 jóvenes de ambos sexos; se han formado 7 sacerdotes y muchos de otras profesiones. Desde hace algunos años 1985, la madre (religiosa) Teresa Pacheco y otras hermanas de la Sociedad de Nuestra Señora de la Santísima Trinidad, cooperan con el padre Antonio en el proyecto de Santa María del Mexicano, I. A. P. Casa de Niños, Jóvenes Y Ancianos.
Un osáis edénico
“Es también Santa María
Rinconcito encantador
Que el que lo conoce un día
Lo recuerda con amor.”
(Verso de Don Marciano de León Granados)
En el Municipio de Colón, Querétaro, hay un lugar admirable llamado Santa María del Mexicano, distante diez kilómetros al noreste de la cabecera Municipal. Sus grandes y hermosos edificios de piedra fueron construidos el último tercio del siglo XIX, con la dirección del Ing. Presbítero Don Zacarías Gómez, durante la administración y rectoría del señor Presbítero Don Florencio Rosas y Arce.
El territorio llamado “Potrero del Mexicano” fue cedido por Don Amado de la Mota y por su hijo Juan de Dios, para que en este construyesen la casa de retiros y de vacaciones del Seminario Diocesano y de otros colegios dirigidos por el mismo Padre Florencio. En vacaciones realizaban culto solemne, leían autores clásicos y renombrados, escribían crónicas, poesías y temas religiosos; hacían teatro, música y canto; paseaban, acampaban y jugaban en campo abierto y en un gran salón. Las vacaciones eran complemento formativo de aquellos alumnos.
Los edificios de Santa María son: La casona con seis amplísimos salones estancias de los alumnos, más otras piezas habitaciones, oficinas y servicios; una capilla, una grandísima cripta base para un futuro templo; una gran alberca de agua fría a cielo abierto y dos pequeñas de agua caliente y bajo techo.
Las otras construcciones son: dos puentes y tres muros cortinas para represar agua, con contrafuertes y sus canales acueductos distribuidores del agua para irrigar las huertas. Admirable también la ruina de un molino de trigo con sus ciclópeas ruedas de piedras dentadas y la inmutable era donde trillaban cereales y legumbres.
A partir de diciembre de 1975, Santa María del Mexicano está en manos del presbítero Antonio Norman quien se encargó del proyecto que dejaron los monjes benedictinos de la abadía de Santa María de Guadalupe de Pecos Nuevo México; de ellos estuvieron: el Hermano Gerardo Stok y el Padre Alcuino Almasy, quien enfermo y tuvo que regresar al monasterio Abacial, el Hermano Gerardo, murió en cama en la casa de Sta. María por infección de su aparato respiratorio causada por el gas de su lámpara; fue sepultado en Santa María de Guido, Morelia, y trasladados sus restos a la sacristía del monasterio de San Benito abad en dicha localidad.
El padre Antonio Norman, oblato benedictino, ha realizado los tres objetivos originales del proyecto: formación cristiana de niños y jóvenes para el sacerdocio. En estos recientes veintinueve años han convivido en Santa María más de 4000 jóvenes de ambos sexos; se han formado 7 sacerdotes y muchos de otras profesiones. Desde hace algunos años 1985, la madre (religiosa) Teresa Pacheco y otras hermanas de la Sociedad de Nuestra Señora de la Santísima Trinidad, cooperan con el padre Antonio en el proyecto de Santa María del Mexicano, I. A. P. Casa de Niños, Jóvenes Y Ancianos.
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